En el marco de la Convención 2023, Revista ANFAD Digital entrevistó al Maestro Enrique Lendo Fuentes, coordinador de Financiamiento Sostenible del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en México, quien platicó con nosotros respecto a los retos y estrategias para aprovechar las oportunidades y el potencial de la Iniciativa Financiera del PNUMA.
En primera instancia explicó la relevancia del PNUMA, programa que fue creado en 1972, con sede en Nairobi y que actúa como un brazo ambiental de las Naciones Unidas con el objetivo de apoyar la toma de decisiones, sustentadas en ciencia, en asuntos relacionados con el medio ambiente global, los ecosistemas y los medios físicos, con la participación de gobiernos, empresas y actores de la sociedad civil de todo el mundo.
Informó que el PNUMA en México coordina distintos proyectos relativos al cambio climático, como el de economía circular, el de contaminación por plástico, movilidad sostenible, manejo de químicos y biodiversidad entre otros. Asimismo, destacó su colaboración como coordinador del Proyecto de Finanzas Sostenibles en México con apoyo del Fondo Conjunto ODS, donde “lo que hicimos fue apoyar a instituciones financieras, tanto públicas como privadas, a fortalecer sus capacidades para ver cómo por medio de procesos financieros se puede reducir el impacto en el medio ambiente, además de generar negocio y rentabilidad para las empresas”.
Enrique Lendo señaló que desde 1992 existe la Iniciativa Financiera de las Naciones Unidas (UNEP FI), la cual trabaja con instituciones financieras, sobre todo con bancos, aseguradoras, fondos de pensiones y ahora también reguladores financieros y que ha generado los Principios de Inversión, Seguros y Banca Responsable, con la idea de que estas entidades los utilicen dentro de sus operaciones, que básicamente buscan analizar y gestionar el riesgo de inversión o de operación financiera dentro de sus modelos de negocios. “Esta Iniciativa Financiera de Naciones Unidas le ayuda a los bancos a medir o calcular ese riesgo y cómo incorporarlo a su modelo de negocio, incluso cómo generar beneficios a través de proyectos e iniciativas de inversión”.
En cuanto al Fondo Conjunto para los ODS, compartió que es un mecanismo creado por países europeos con el fin de fortalecer las capacidades de gobierno e instituciones financieras. Enfatizó que en el caso de México se trabajó con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y a principios de este año, en el marco de la Convención Nacional Bancaria, se le presentó la Taxonomía Sostenible, instrumento que identifica y define actividades con efectos positivos en el medio ambiente y en la sociedad, siguiendo criterios técnicos y estándares internacionales. “La Taxonomía Sostenible se refiere a un sistema de clasificación para asegurar que los proyectos de inversión y actividades económicas etiquetadas como verdes o sostenibles cumplen con criterios sólidos de medición, impacto y reporte y que se sustenten en metas nacionales”.
De políticas económicas y sistemas financieros con relación a la Agenda 2030
El Maestro Lendo Fuentes indicó que México tiene un papel activo en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aseveró que hay una gran evolución en la emisión de instrumentos financieros dirigidos a apoyar iniciativas que tienen beneficio ambiental o que ayudan a reducir su impacto, “somos el país en América Latina que más ha emitido este tipo de instrumentos”. Ejemplificó que en el caso de la SHCP, además de crear la Taxonomía Sostenible, promueve el uso de bonos temáticos y sostenibles, lo que genera movilidad de capital tanto de inversionistas privados como de bancos de desarrollo internacionales a proyectos ambientales.
Destacó que en el ámbito privado lo que más ha avanzado son los bonos etiquetados, en el caso de la Bolsa Mexicana de Valores, las emisiones de este tipo de instrumentos pasó del 2% en 2016 al 50% en 2022 y auguró que probablemente el siguiente año se tendrán más bonos verdes y sostenibles ya que las empresas también están emitiendo una gran cantidad de ellos en distintos sectores.
Respecto a qué se necesita para mejorar las estrategias de financiamiento sostenible y las inversiones en el país, indicó que falta la parte de incentivos, pues todavía son pocas las empresas que ven esto como un instrumento para financiarse, sugirió que se requiere impulsar al sector financiero para que tengan mayor participación los bancos, las afores, los fondos de inversión privada en la economía y de forma paralela que estos sectores se ajusten a los Principios de Inversión y Banca Responsable.
Finalmente dijo que todavía existen algunos retos para que las empresas aprovechen el potencial de las innovaciones financieras, las nuevas tecnologías y la digitalización, como por ejemplo el alto costo, sobre todo para las PyMes y algunas grandes empresas dependiendo del sector, para tener acceso a herramientas que les permitan ver el potencial de recursos y saber que mediante estrategias de transformación del modelo de negocios pueden aprovecharlos, por ello, lo que hizo la Secretaría de Hacienda respecto a la Taxonomía tiene que ser aprovechado.
Otro desafío importante es el referente a la parte cultural, “venimos de una inercia de muchos años en la que no estamos acostumbrados a operar en el ámbito de la sostenibilidad como un asunto de competitividad, sino que la veíamos como un tema de responsabilidad social corporativa”, por tanto es importante asegurar que las empresas vean a la sostenibilidad como una estrategia que les ayudará a consolidar su liderazgo en el mercado, reducir costos, fomentar eficiencias y generar nuevas oportunidades de negocio.