Antecedentes y creación de la Ley Federal de Metrología y Normalización
En los años 90, cuando se iniciaron las pláticas del TLCAN, México notó que en Estados Unidos y Canadá las empresas privadas tenían un papel importante en la normalización. En contraste, en ese momento en nuestro país todo era manejado por el gobierno a través de la Dirección General de Normas, por tanto, el problema de México para entrar en un TLC era que debía adaptar al menos lo que tenía de presencia el gobierno, dando mucho más participación a los privados, en este contexto se publica la primera Ley Federal de Metrología y Normalización, que plantea la formación de organismos de normalización nacionales privados, con el acuerdo de que la iniciativa privada participara más claramente en la elaboración de normas.
Inicialmente se consideró que toda la normatividad pasara a manos privadas, pero el gobierno mismo tuvo problemas con respecto a la NOM. Por tanto, se acordó que el sector privado participara en su desarrollo, aunque la responsabilidad exclusiva seguiría recayendo en el Estado, fue así como nacieron los organismos encargados de elaborar normas mexicanas y también la entidad de acreditación.
Posteriormente hubo algunas reformas a la ley, pero finalmente se dio lugar a que estos organismos de normalización, que hoy tienen 30 años de generar normas, constituyeran una parte fundamental del Sistema Mexicano de Normalización, esta ley duró 28 años en funcionamiento y con eso se sentaron las bases modernas de la normalización en México, bajo este esquema se formaron los nueve organismos nacionales de normalización, con campos específicos de responsabilidad, por ejemplo ANCE en el sector eléctrico, NYCE en el sector electrónico, el IMNC en el sector de ISO, el ONCE en el sector de construcción, entre otros.
En octubre de 1988 se creó la Entidad Mexicana de Acreditación, completando el Sistema de Normalización y Evaluación de la Conformidad en México, en esa ley se definió quién y cómo se producen las normas, tanto las NOM como las MX, en sus distintas categorías, en normas nuevas, modificadas o canceladas, esa ley indicaba los procedimientos de cada uno de los temas y se planteó la obligación de generar un programa anual de normalización, que incluyera los proyectos de Normas Oficiales Mexicanas y Normas Mexicanas a desarrollar durante los siguientes años.
Ley de Infraestructura de la Calidad y su problemática
La revisión de la Ley Federal de Infraestructura de la Calidad comenzó en 2019, lo que llevó a la promulgación de una nueva ley en julio de 2020. La LIC abrogó la Ley Federal de Normalización anterior. La nueva ley no incluye disposiciones claras que indiquen cómo deben elaborarse los estándares, lo que ha causado lagunas y errores importantes.
En esta nueva ley se cambia el nombre de NMX a estándares, sin definir los requisitos de estos, se pensó que se trataba simplemente de un cambio de nombre, ya que en el mundo se conocen las Normas Oficiales como reglamentos técnicos y en México se le aplicó el nombre de Norma Oficial Mexicana, asimismo, en el ámbito internacional las Normas Mexicanas se conocen como estándares, entonces se creyó que simplemente era un cambio del nombre de la NMX a estándar, sin embargo no fue así, por tanto, en la nueva ley no quedan definidas cuáles son sus diferencias.
A pesar de que ha estado en vigor durante tres años y medio, no se ha logrado elaborar el reglamento correspondiente, que tendría que haber estado listo dentro del primer año de entrada en vigor de la nueva legislación.
También se menciona que serán los organismos nacionales de estandarización, las nuevas ONE, las que realizarán estos estándares nuevos y se abre una nueva categoría de sujetos autorizados para estandarizar. Con esta situación, lo que sucede es que los actuales ONN no se mencionan en la nueva ley, no hay ninguna referencia a los organismos nacionales de normalización, después de 30 años de haber estado elaborando normas, simplemente no los menciona la nueva ley y se plantea una figura de organismos nacionales de estandarización, pero no se define cómo son, por eso el día de hoy no existe ningún ONE.
Un aspecto problemático de esta ley es que se dejaron muchos elementos para ser definidos en el reglamento. Esto resulta poco adecuado, ya que la función de la ley es establecer los objetivos principales, los “qué” y el reglamento debe especificar los métodos para alcanzar dichos objetivos, definir los “cómo”, pero después de dos años y medio de vencido el plazo, hay varias lagunas que no han permitido emitir el nuevo reglamento.
Otro error que tiene la nueva ley es que no define por ejemplo el proceso de hacer normas, un tema de negociación entre los actores que concurren a un mercado: fabricantes, distribuidores, comercializadores, usuarios, importadores, academia y el propio gobierno, donde la norma es el acuerdo de los involucrados para llegar a un convenio que deje satisfechas a todas las partes, por lo que se deben buscar consensos, sin embargo no existe un capítulo en la parte de definiciones que incluya este concepto, cuando es un punto medular, lo anterior da pie a muchas inconformidades, inclusive si la norma se publica así da lugar a amparos que provocan la suspensión del ejercicio de la ley, la norma se detiene y genera problemas, es un error grave que no se puede solventar con el reglamento.
Actualmente no hay ninguna organización nacional de estándares, no se ha hecho ningún estándar nuevo porque no hay procedimientos, situación que se complica cuando además en el PNI 2024 tampoco se incluyeron los trabajos de las NMX, dando lugar a una parálisis para la generación de normas, así, mientras el mundo y las organizaciones internacionales de normas siguen trabajando y avanzando, en México no podemos elaborar normas NMX ni estándares nuevos, porque no hay nada definido en la ley ni en el reglamento, lo que ha provocado que en estos trabajos y en todo lo que viene nuevo como la Ley de Electromovilidad, automóviles eléctricos y energías renovables, llevemos tres años y medio de estar suspendidos y nos estemos quedando atrás.
Es importante recalcar el valor de las normas, son especificaciones de comercio que ayudan a tener claridad en la negociación, sus objetivos se enfocan principalmente en proteger la seguridad del usuario, a veces se malentiende la norma creyendo que lo que protege es a la industria, pero lo que busca es proteger al usuario, por ejemplo en el tema eléctrico todas las normas son para que el producto cumpla con la seguridad para la persona, su salud, el cuidado de sus propiedades, de la infraestructura del país y del medio ambiente, son objetivos de seguridad. Algunas autoridades, sobre todo en este gobierno, consideran que las normas estorban porque no les permiten comprar libremente donde quisieran, sin embargo sirven para tener piso parejo, no es que estorben para comprar, sino que permiten garantizar la seguridad en la adquisición de productos de cualquier país del mundo.
Recomendaciones
En México estamos teniendo dos años y medio de retraso en el reglamento, en mi opinión la manera de corregir esta situación, la cual hemos sugerido a las autoridades, aunque no ha habido recepción, es que los ONN, que han sido los organismos nacionales de normalización y son los que definen los estándares, en la nueva norma se permita que en automático sean los que hoy son de normalización.
Asimismo, se ha pretendido meter en la nueva norma la idea de que estén conectados con los organismos internacionales, lo que complica las cosas, porque están involucrados en aspectos como el IEC, ISO o el de alimentos, en los que México podrá tener algunas partes como espejos, pero en otras no hay interés. Sería más factible reconocer que simplemente es un cambio de nombre, lo que permitiría que las ONN se conviertan a ONE y así volver a hacer estándares en lugar de NMX.
Así, el reglamento se podría simplificar si sólo es un cambio de nombre, donde los estándares vayan sustituyendo a las NMX, pero que éstas no desaparezcan, porque son cerca de tres mil, muchas de las cuales, al ser referidas en las NOM, se vuelven obligatorias porque son consensos entre los distintos fabricantes, comercializadores e importadores, aunque son acuerdos voluntarios, son generales y eso protege a los mercados. Sería más sencillo tratarlo como un cambio de nombre, sin embargo no ha podido hacerse y ha provocado un estancamiento por falta de reglamento.
La otra posibilidad es que en vistas de un nuevo gobierno, corrijamos las cosas que están mal de la ley y entonces sí sentémonos a hacer un reglamento más entendible y más fácil de manejar.